Monday, July 14, 2014

9 secretos de los centenarios de Okinawa

 
Los habitantes de Okinawa, una pequeña isla al sur del archipiélago japonés, son célebres por su longevidad. Es uno de los rincones del planeta con mayor proporción de centenarios. 

¿Cuáles son sus secretos? El viajero, educador y escritor Dan Buetner ha descrito las nueve claves de la longevidad en Okinawa.

A menudo se afirma que la tecnología y los avances médicos son los responsables del aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, las poblaciones más longevas no se encuentran en torno a los hospitales más sofisticados, sino en lugares recónditos como Okinawa que han mantenido costumbres ancestrales. 

1. Adopta un ikigai.
Un ikigai es un propósito en la vida, un objetivo que da sentido a la existencia. Los ancianos de Okinawa pueden explicar la razón por la que se levantan cada mañana. Les proporciona sentimiento de responsabilidad y de ser necesarios para la comunidad hasta con más de 100 años. Los occidentales que estudian la longevidad de estos japoneses se concentran en la alimentación y otros aspectos materiales, sin embargo, pueden ser muy influyentes los factores espirituales, como señala acertadamente Dan Buetner. Okinawa tiene una larga tradición budista y pacifista y fue un reino independiente y desarmado hasta el siglo XVII.
2. Sigue una dieta basada en los vegetales.
Los habitantes de Okinawa que siguen la dieta tradicional aprecian el cerdo pero lo comen en pequeñas cantidades y solo con motivo de alguna de las celebraciones anuales. Comen pescado más frecuentemente pero no llegan a la media ración diaria. Por tanto su dieta está basada en los alimentos vegetales, con especial abundancia de frutas y hortalizas. Comen menos arroz que el resto de los japoneses. Les gustan las coles y otras verduras salteadas, los boniatos, el tofu y las especias como la cúrcuma. A Dan Buetner le llama la atención la presencia en los menús de goya, un melón amargo muy rico en antioxidantes y capacidad para reducir la tasa de glucosa en la sangre.  
3. Come más soja. 
La dieta de Okinawa es especialmente rica en alimentos derivados de la soja como el tofu o la sopa de miso. Los compuestos peculiares de la soja previenen los trastornos cardiovasculares y varios tipos de cáncer. Los alimentos de soja fermentada (tempeh, salsas…) favorecen la salud de la flora intestinal, un factor que cada vez se considera más importante para el mantenimiento de la salud.   
4. Cuida un huerto.
Practicamente todos los centenarios de Okinawa cuidan actualmente o han cuidado un huerto que les proporciona hortalizas frescas, les mantiene activos físicamente y les relaja. 
5. Planta un jardín medicinal.
En los huertos no faltan plantas medicinales como la artemisa, el jengibre y la cúrcuma. Las tres plantas poseen propiedades y reconocida eficacia como antioxidantes, antiinflamatorias y fortalecedoras de las defensas. Los ancianos las consumen diariamente.  
6. Forma parte de un moai.
Los habitantes de Okinawa forman grupos de amigos que se reúnen y prestan ayuda mutua. Son auténticos grupos de apoyo emocional que ofrecen todo tipo de ayuda, incluyendo la de tipo económico. Contribuyen a sentirse aceptados, útiles y seguros frente a las adversidades. Nunca se sienten solos. 
7. Disfruta del sol. 
El clima de Okinawa es soleado y sus habitantes lo disfrutan. Pasando tiempo al aire libre sintetizan vitamina D que fortalece los huesos y la salud en general. 
8. Permanece activo. 
Los viejos de Okinawa son caminadores y jardineros. Dentro de las casas tienen poco mobiliario, toman la comida o se sientan para relajarse sobre tatamis en el suelo. Las personas mayores se sientan y se levantan del suelo docenas de veces al día, lo que contribuye a su flexibilidad y fortaleza física. 

9. Mantén la serenidad.

Los habitantes de Okinawa tienen un carácter peculiar. Se mantienen enteros ante las penurias, siempre amables y sonrientes, disfrutan de los placeres sencillos. Los ancianos son especialmente simpáticos y su compañía agrada a los más jóvenes que permanecen a su lado.