Monday, August 4, 2014

Harina blanca: Un problema para la salud



Una dieta deficiente es quizás la principal causa de enfermedades. 

El promedio de la población lleva una dieta rica en grasas, sodio, azúcar y baja en fibra. 

La mayoría de los productos que se pueden encontrar en un supermercado no están diseñados para mejorar nuestra nutrición, sino que por el contrario, roban nutrientes esenciales dañando lentamente nuestra vida.

Uno de los alimentos procesados más perjudiciales es la harina refinada. Este alimento en base a trigo, probablemente representa la mayor parte de la ingesta diaria de cereales. 

El principal problema es la refinación a la que es sometida la harina de trigo, cuyo producto final es un polvo blanco fino, del cual no queda nada de valor nutricional. 

Es por eso que los gobiernos han debido, por ley, obligar a los productores a enriquecer la harina con vitaminas sintéticas, y de esa forma no afectar gravemente a la población.

Este es la base sobre la cual el consumo de harina blanca o refinada, representa un problema: Su nulo valor nutricional. Pero durante muchos años, la gente ha sido educada para pensar que el consumo de harina blanca es algo saludable, cuando en realidad, no solo estamos comiendo algo vacío, sino que además nos perjudica.

¿Por qué es importante restringir el consumo de harina refinada?

Hay varias razones, pero estas son algunas de las más importantes.

Nulo aporte de fibra. La Harina blanca o refinada, en el proceso, ha sido desprovista de todo el valor que posee el trigo naturalmente. El germen de trigo y el salvado son eliminados. Este último elemento, el salvado, es especialmente rico en fibra. La fibra es fundamental para una buena salud ya que forma parte del adecuado proceso digestivo, regula los niveles de colesterol en la sangre, juega un papel importante para mantener un buen peso corporal, y además ayuda a regular los índices de azúcar en la sangre.

El consumo de harina similar a consumir azúcar. La harina refinada, a pesar de que no tiene el sabor del azúcar, es en la práctica, equivalente al consumo de este producto. Ya hace bastante tiempo que investigadores de todo el mundo están advirtiendo de lo perjudicial que resulta el consumo de azúcar para la salud. Dado que la harina blanca es un carbohidrato simple, se descompone muy rápido en el organismo, transformándose en una “bomba” de glucosa que entra directamente al torrente sanguíneo. Muchas personas que abandonan el azúcar, siguen comiendo una buena cantidad de pan blanco, pastas o pizza, sin saber que con eso, siguen “consumiendo azúcar”. 

Para el cuerpo no hay mucha diferencia entre una cucharada de azúcar y una rebanada de pan. De hecho el efecto en el índice glicémico, se comporta de forma muy similar al azúcar: Un pico pronunciado de energía, seguido de un bajón importante, por la gran producción de insulina necesaria para contrarrestar esta diabetes temporal ocasionada por la gran carga de glucosa proveniente de la harina refinada.

Pérdida de vitaminas. Naturalmente el trigo es rico en vitaminas. Podemos encontrar varias vitaminas del complejo B, vitamina E, niacina, ácido fólico además de zinc, manganeso, calcio, potasio, cobre, etc. Todo eso desaparece al refinar la harina de trigo. Dado los problemas que eso conlleva, los gobiernos han ordenado enriquecer el producto final con vitaminas sintéticas. Sin embargo, no obtenemos los mismos resultados para nuestra salud. Y producto de ese desequilibrio, puede producirse una deficiencia de nutrientes importante. Por ejemplo, media taza de harina blanca contiene 0,8 miligramos de niacina, mientras que la misma porción de harina de trigo integral contiene 3 miligramos.

Contribuye al estreñimiento. La mala digestión se ha convertido en una verdadera epidemia. Cada vez más personas se ven enfrentadas al estreñimiento, debido fundamentalmente a una dieta baja en fibras. Incluso algunos médicos parecen no tomar el peso a lo importante que es tener un buen proceso digestivo, y mucho menos lo asocian a síntomas que se vuelven crónicos como el dolor de cabeza, mareos, fatiga o acné.

Producto del consumo de harina blanca hacemos más lento el tránsito intestinal, dificultando la absorción de nutrientes en el organismo, y entorpeciendo de paso, la eliminación de toxinas. Si quieres desintoxicar tu organismo, un buen inicio es limpiar tu colon mediante una dieta rica en fibras.

Cómo eliminar gradualmente el consumo de harina blanca

Lo más importante es reemplazar el consumo de harina refinada por harina integral de trigo. En muchos lugares se vende harina de trigo “real”, mientras que otras marcas optan por mezclar harina blanca con harina integral, a pesar de que la etiqueta solo diga “harina integral”. Puede ser una opción de cara a lograr una transición. También se pueden hacer mezclas caseras con harina blanca, a la que se puede añadir salvado de trigo grueso y germen de trigo.

En mi caso personal, preparamos nuestro propio pan haciendo esta última mezcla. Hay en el mercado, máquinas que hacen pan. Solo deben agregarse los ingredientes, y el resto solo es esperar. Muy práctico si no tienes mucho tiempo para cocinar tu propio pan todos los días. Además se pueden hacer algunas variantes, como agregar semillas de linaza, avena integral, nueces picadas o sésamo.

De todas formas, es recomendable restringir poco a poco la ingesta de harina blanca, por ejemplo, a tres veces por semana. 

De esa forma el impacto no será tan fuerte, en especial, para aquellas personas muy acostumbradas a consumir pan o pastas.